No parece complicado explicar qué es el outsourcing. Explicado con trazo grueso, es la forma que los anglosajones tienen para decir subcontratación. En español también lo llamamos externalización. Quizás nos estamos acostumbrando a decirla en inglés porque las versiones nuestras no tienen buena prensa. No debería extrañarnos. Cuando se hace un mal uso de las cosas, las palabras que las definen empiezan a tener mala prensa. Y parece más sencillo disfrazarlas con palabras extranjeras que intentar recuperar su sentido original para que recuperen su prestigio.
Qué es el outsourcing
El viejo Lara de Planeta, el original, dijo que la primera peseta se hace comprando y la segunda vendiendo. Sobre este axioma comenzó a construir un imperio basado en la comercialización. En un mundo de servicios como el nuestro, el comercio es la auténtica industria. La fabricación de las cosas ha pasado a ser un aspecto secundario en la vida de los productos. Vendemos imágenes, sombras de las cosas reales, les damos una vida perfectamente planificada a fin de mantener viva la rueda de la economía. En cada transacción ganamos o perdemos una cantidad determinada que hace que en nuestra economía tengan más importancia los márgenes que los costes. Por eso está tan de moda vender cosas que no fabricamos, o, incluso, cosas que no tenemos.
Desde un punto de vista económico, la cosa parece impecable. Pero, como decían nuestros abuelos, todas los excesos perjudican, y nos encontramos a un paso de matar la gallina de los huevos de oro. Nos encontramos en un mundo que pide volver a los orígenes, y sacar de la pirámide de las necesidades todas aquellas que sean prescindibles. A nadie se le escapará la contradicción interna que hay en esta frase. La necesidad no puede ser prescindible, o deja de ser necesidad. Pues bien … nuestro modelo de consumo de los últimos años se ha fundamentado en negar esta evidencia. Inventar necesidades ha sido la clave que nos hemos dado para mantener la rueda de la jaula en funcionamiento. Como si fuéramos hámsters, vaya!
Externalizar, en este contexto, quiere decir comprar barato y vender caro. Os suena, verdad? Pero no siempre ha sido aisí. De hecho, no tiene porqué ser así!
Las virtudes del outsourcing
Quizás la mejor manera de explicar qué es el outsourcing es explicar qué debería ser, o que debería haber sido para evitar la mala prensa que ha tenido que asumir. Una de las exigencias de la nueva manera de trabajar es asumir que la colaboración es positiva. Y colaborar es saber rodearse de profesionales que nos complementen y nos faciliten las necesidades profesionales que no constituyen el tuétano de nuestra razón de ser como empresa. En los manuales de emprendimiento se nos explica que toda empresa debe tener una misión, una visión y unos valores. Estos tres mantras constituyen los objetivos de la empresa. Son los que luego deberán ser cuantificados en un plan de negocio.
Pues bien. Para alcanzarlos, debemos asumir múltiples actividades que no tienen que ver con los objetivos en sí mismos, pero si con el camino que lleva a su logro. Son las necesidades instrumentales o accesorias, que no forman parte directa de nuestra misión, ni visión ni valores, pero que son necesarias para alcanzar los objetivos definidos. Aspectos derivados de la imagen, de la comercialización, de las condiciones de trabajo, de los abastecimientos de materias primas, de las relaciones con los clientes y muchas otras deben ser contempladas en este sentido.
Externalizar quiere decir colaborar
Cualquier empresa de nuestros días, más aún si no es una empresa saurio, necesita colaboradores. Este es el término que debería definir la externalización o la subcontratación. Colaborar es asumir que no podemos hacerlo todo, y que intentándolo lo que hacemos es distraernos de la consecución de los propios objetivos. Colaborar no es hoy una manera de trabajar. Es una exigencia derivada de la necesidad de alcanzar el éxito empresarial, que no es otro que cumplir con los objetivos previamente definidos para nuestra empresa.
Esto es lo que hacemos en Internovatec, tanto con nuestros proveedores, como con nuestros clientes. Tanto los unos como los otros son, para nosotros, colaboradores necesarios. Esto nos permite con garantías ofrecer servicios integrales de Internet, desde el alojamiento y el diseño hasta la evaluación de los resultados de su presencia en Internet. No lo hacemos solos. No lo queremos hacer solos. Porque sabemos que nada hoy se logra sin colaboración.
Colaborar no es ninguna palabra inglesa. Viene del latín y quiere decir trabajar juntos.